Haz que llueva dinero - Repensando el valor del agua
El dinero no crece en los árboles, pero
caerá del cielo (para 2040).
“¿Qué tipo de agua produces?” no va a sonar como una
pregunta rara dentro de veinte años. El agua va en la misma dirección que la
energía, que no siempre vino en todos los gustos que tenemos hoy en día:
energía eólica, limpia, gris, solar, carbón. El agua es la próxima materia prima en convertirse en un
gran negocio. Precisamente el diciembre anterior, el icónico gong de Wall
Street sonaba mientras el agua se convertía en futuro, una oportunidad
en la cual invertir. A nivel mundial, nuestro suministro de agua se está
agotando, y donde hay disponibilidad limitada y alta demanda, las cosas se
ponen interesantes. No se sorprendan si en un futuro cercano, un chaparrón hace
que el mercado de valores alcance su punto máximo. Seguramente, las próximas
dos décadas traerán soluciones innovadoras para los problemas de agua en el
mundo. A continuación, se presentan algunos ejemplos inspiradores para poner en
marcha su replanteamiento sobre el agua.
Trabajo conjunto para que
la innovación del agua fluya
En diez años, el 60% de la población mundial estará viviendo en metrópolis.
El problema que estas grandes ciudades enfrentan es su falta de suelo sin
asfaltar para absorber las lluvias torrenciales causadas por el cambio
climático. La presión que las aguas residuales ejercen en la infraestructura es
cada vez mayor, al igual que el daño; el costo es inmenso. El suministro de
agua es muchas veces proporcionado por los gobiernos locales y, al igual que
los sistemas de cloacas obsoletos de la ciudad, se encuentran desbordados por
esta tarea gigantesca.
Pablo
Bereciartua, ex Secretario de Infraestructura
y Política Hídrica de Argentina, vio la necesidad de un enfoque distinto y
decidió desafiar a las empresas para que se junten con el Estado para que así surjan
soluciones conjuntas. Terminó con cuatro veces más de fondos en comparación con
el presupuesto inicial a través de la implementación de un sistema de bonos. Con
su forma de pensar innovadora, construyó un puente entre el Estado y las
empresas que resultó en infraestructura nueva y en acceso al agua para 4
millones de argentinos.
El arte ancestral de juntar agua de lluvia
Vale la pena echar otro vistazo a la forma en la que administramos el agua. Por mucho tiempo, la gente pensó que no era lucrativo juntar la lluvia utilizando las azoteas en áreas urbanas como un lugar para recolectar agua. Hasta que una investigación reciente demostró lo contrario: recolectar agua de lluvia a través de colaboraciones entre el sector privado y el público puede proporcionar entre un 17% y un 29% del agua no potable que necesita una ciudad, reduciendo de esta forma el gasto público por suministro de agua hasta en un 85%. Eso es mucho dinero ahorrado y mucha agua almacenada, lo que previene el desgaste de los sistemas de cloacas desbordadas. Imaginen todos las azoteas de la ciudad trabajando en conjunto como un escudo protector, manteniéndonos secos y, al mismo tiempo, proporcionándonos una necesidad vital.
De llovizna a agua potable
Pero
el agua de lluvia todavía no es agua para uso doméstico, es actualmente el
epicentro de soluciones innovadoras para los consumidores. Esa es la razón por
la que la UE cofinanció Aqualoop,
un sistema para recolectar y purificar agua de lluvia para uso doméstico. El
agua está realmente tomando una nueva forma, tanto en el modo en que la usamos
como en su valor. Y ya es hora, porque si no actuamos ahora, la ONU espera que
en el año 2050, seis mil millones de personas padezcan la falta de agua limpia.
Jerga urbana
“Haz
que llueva dinero” es un término de la jerga que significa ganar mucho dinero,
o hacer algo muy exitoso. A lo largo de la cadena, está la oportunidad de
empezar a replantearse el agua a través de la recolección, el almacenamiento y
la distribución de agua. La buena administración del agua puede lograr mejores
ciudades, lugares más salubres para vivir, con garantía de futuro y resistentes
al cambio climático y la sostenibilidad. Ha llegado el momento de ponernos
creativos.
Maarten
Roef, Presidente & CEO de Wavin Group